Artículo escrito por Jésus Blanco Urdaneta
Durante los últimos 20 años hemos experimentado la mayor explosión de investigación y descripción del sistema nervioso humano, una explosión que como nunca antes nos abre nuevas y retadoras oportunidades para seguir constantes en el esfuerzo por conocer, comprender y descubrir los secretos laberínticos de este macro procesador de información, o mejor dicho de este mega centro de operaciones que es el cerebro.
Los avances y hallazgos de la neurociencia, que básicamente obedecen a los adelantos en tecnología y no a una falta de interés previo, han generado dos tipos de reacciones. Por un lado, un sector que participa activamente de la experimentación y establecimiento de nuevas hipótesis de trabajo, mientras desarrolla aplicaciones concretas que se validan casi de manera simultánea; y otro, un sector más conservador y tradicional ceñido a la rigurosidad científica en una actitud más evaluadora y observadora.
Me declaro un ferviente practicante de la corriente neurocientífica que apuesta por la generación de una actualización del sistema, una adaptación de la estructura a un modelo organicista de gestión e incremento del bienestar. La neurociencia aplicada si bien ha generado al menos una corriente reflexiva sobre todos los “cómo“ que asumíamos descifrados, también son el fundamento de un número de iniciativas que pretenden ajustar todas las acciones humanas de la manera más eficiente a nuestras propias capacidades, nuestros potenciales y nuestro diseño evolutivo.
Cuando hablamos en neurociencia, hablamos del cerebro como un todo integrado que incluye ahora en el vocabulario general a todo el sistema, uniendo los hechos probados desde la histología, la morfología y la fisiología clásica e incorpora los productos generados en las interacciones de la neurología con los modelos homologables de otras disciplinas. no es extraño que la observación, análisis y valoración del sistema cerebral se realice con fundamento en modelos matemáticos, físicos, biológicos, psicológicos, sociales, económicos e informáticos; de hecho la investigación más importante durante este año 2012 en términos neurocientíficos descansa sobre asunciones derivadas de la computación cuántica, descifrar el tejido conectómico humano según Seung depende de ello.
No podemos entender los resultados de la investigación en neurociencia sin asumir una visión global del hecho investigado, su aplicabilidad depende de las relaciones hipotéticas o fácticas que los profesionales de las distintas áreas seamos capaces de establecer. Sin ser la respuesta final ni definitiva, el hallazgo de investigación permite establecer mecanismos y procedimientos que a todas luces, exhiben mayor eficiencia que las tradicionales acciones. La aplicación del hecho neurocientífico a la vida diaria, a la intención práctica de incrementar el bienestar, a la necesidad de maximizar los resultados incrementando la eficiencia, han sido los justificantes de la aplicación de estos hechos a situaciones concretas y, de la generación de modelos y procedimientos técnicos que facilitan el proceso adaptativo y el éxito evolutivo.
El establecimiento de nuevas y validadas referencias sobre conceptos referidos a memoria, percepción, atención, inteligencia y más recientemente sobre personalidad, nos llevan a replantearnos todo cuanto concebíamos y aceptábamos como válido. El hecho social tintado de todo el halo tecnológico, conocido como sociedad de la información (digital) y su transformación en el nuevo orden social postdigital (resultado de la adaptación a la tecnológica) no son más, a mi juicio muy personal, que un reflejo de lo que esta sucediendo en nuestro cerebro. Gazzaniga señala que en nuestra historia evolutiva hemos perdido 150 cc de masa cerebral; no deberíamos ser menos inteligentes de acuerdo a las primeras escuelas? pero como en el desarrollo tecnológico cada vez somos más y más eficientes. Quizás cuando descifremos el mapa conectómico descubriremos las razones de nuestra mejora evolutiva. mientras, la realidad parece apuntar a una correspondencia casi nanométrica entre nuestro sistema cerebral y como estamos configurando nuestra realidad social, transitando de los sistemas de acumulación y éxito a los modelos de colaboración y bienestar.
Aún cuando para muchos pudiere resultar tal planteamiento una especie de visión romántica de la situación humana en general, lo que resulta irrefutable es que la alta tasa de conectividad social (web 2.0) y su carácter estrictamente colaborativo (conectoma) son los condicionantes de gran cantidad de procesos; o no es evidente el efecto de tal situación en la primavera árabe?, quizá podría negarse su relación con la situación de crisis mundial (modelo de capital al modelo de asociaciones)?, o el éxito de los modelos colaborativos de aprendizaje en contraposición con los sistemas de refuerzo del individualismo?
Prensky ha sido generosamente claro al establecer como transitamos del sistema social del siglo XX hasta incorporarnos eficientemente en el actual siglo XXI, inmigrantes y nativos digitales nos fusionamos en una sociedad postdigital que se caracteriza por la colaboración, la inteligencia colectiva, el liderazgo compartido, la honestidad y congruencia, la libertad, la experiencia y la confianza en el sistema (red). En tal sentido la manera como enfrentamos el hecho de aprender y aprehender es el más sensible a las actualizaciones que se proponen desde la evidencia neurocientífica y la realidad tecnosocial.
El aprendizaje como concepto desaparece de los textos y las hipótesis académicas para convertirse en un ejercicio diario de interacción entre una persona y su medio, modificando los roles tradicionales concebidos en el sistema educativo, ya que la educación descansa en un modelo de gestión de información en base a la memoria y la evaluación estadística, mientras el aprendizaje presupone una situación de colaboración (bidireccionalidad) que persigue la incorporación de recursos en los repertorios de la persona para gestionar de manera exitosa las demandas propias y del entorno (sociedad postdigital) mientras desarrollo un robusto criterio respecto al todo que le circunda.
La neurociencia en su afán por observar, comprender y describir el sistema nervioso humano está generando evidencias que nos permiten re ubicar conceptos como intuición, aprendizaje y colaboración en el núcleo de la discusión productiva y la generación de aplicaciones concretas al hecho social. Las condiciones sociales abonadas por su carácter hipersocial, conectivo y abundante son la evidencia sobre la eficiencia cerebral incluso representadas en el desarrollo tecnológico. Lo que conocimos como sistema educativo ya no es más que el precedente del nuevo modelo de aprendizaje; un sistema conectado, multinivel, multidireccional, colaborativo y colectivo, una aplicación: neuroaprendizaje a la sociedad postdigital 2.0
No quisiera terminar sin compartir un vídeo que en contraposición a las teorías sobre el carácter individualista de los seres humanos, nos presenta la cara de los participantes del neuroaprendizaje 2.0 tal cual son; afortunadamente un colectivo que no ha heredado las características de lo que Prensky define como inmigrantes digitales.
http://www.youtube.com/watch?feature=player_embedded&v=wUwhVUy2uTo
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http://www.fundacionbalder.org/content/curso-neuroaprendizaje-20-0
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