“La Resiliencia no garantiza llegar a ser los mejores, pero si la supervivencia en tiempos difíciles y la confianza para despegar otra vez al final del túnel”
¿Quién no conoce a Steve Jobs?. Este emprendedor convertido en leyenda, será recordado entre una de sus muchas virtudes por su resiliencia, por ser una persona que sabía sobreponerse a las diferentes adversidades que la vida le deparó y salir fortalecido de todo ello. No se venció cuando su socio le echó de la empresa que creó y tampoco lo hizo con el cáncer que acabo con su vida. Abraham Lincoln fue también un ejemplo de líder resiliente, con una vida marcada por las pérdidas de personas queridas, fracasos de negocios, enfermedad y nueve pérdidas a diferentes candidaturas hasta que consigue ser elegido presidente de los Estados Unidos. Pero hay muchas personas, muchos emprendedores, algunos conocidos solo en sus pequeños círculos, que son ejemplos a seguir por su capacidad para afrontar situaciones difíciles.
Qué significa la palabra Resiliencia
La palabra resiliencia, del latín resilio, se utiliza también en física y significa volver de un salto, rebotar. Expresa la cualidad de los materiales a resistir la presión, doblarse y recobrar su forma original ante presiones y fuerzas externas por su capacidad de resistencia al choque. En psicología, el vocablo significa lo mismo que en física: una dinámica positiva y una capacidad de volver hacia delante. La resiliencia humana no se limita a resistir, implica una reconstrucción y una capacidad de sobreponerse a experiencias como: problemas financieros, fracasos empresariales, amenazas, estrés severo, traumas, pérdidas de seres queridos o enfermedades graves.
Todas estas situaciones nos afectan y nos provocan inseguridad, incertidumbre y dolor emocional. El camino no es fácil, supone estrés y malestar y a pesar de esto, las personas sacamos fuerzas para continuar la vida y salir fortalecidos de la situación.
Se aprende a ser resiliente
La resiliencia no es un rasgo de personalidad, no es algo con lo que las personas nacen, es una capacidad y es un estado. La resiliencia como estado, es fruto de la interacción entre la persona y su entorno, entre sus vivencias y el contexto. No significa falta de riesgo, ni protección total. No se adquiere de una vez para siempre. Es un proceso dinámico, es un conjunto de competencias que pueden aprenderse.
La Resiliencia en el Emprendedor
“No he fracasado, he encontrado 10.000 formas de generar electricidad que no funcionan”. Decía Edison ante sus frustrados intentos por inventar la electricidad… hasta que dio con la forma correcta.
La aventura emprendedora conlleva el riesgo del fracaso porque no todas las decisiones serán acertadas. La clave está en sacar energía para retomar el camino, aprender de los errores y seguir luchando por el proyecto, mirar hacia el futuro a pesar de los acontecimientos desestabilizadores de condiciones de vida y de mercado difíciles. La Resiliencia implica una serie de conductas y características para afrontar la adversidad y para percibir las situaciones de crisis como oportunidades de crecimiento.
Desarrollo de la Resiliencia
Los primeros estudios se centraron en identificar los factores de riesgo que hacían más vulnerables a las personas; actualmente el trabajo se orienta hacia el desarrollo e identificación de fortalezas internas. Este es el motivo por el que hablamos de que la resiliencia se aprende, ya que es una conducta resultado de competencias, actitudes y experiencias de la persona.
- ¿Qué podemos hacer ante una situación de crisis o adversidad?.
- ¿Cómo podemos identificar los recursos que tenemos para afrontar la situación?
- ¿Qué capacidades, competencias y características de personalidad ayudan a superar las dificultades?
Pasos para promover la Resiliencia
- Identificar la adversidad.
- Analizar los factores protectores, las fortalezas y los recursos y apoyos que se poseen
- Elaborar un plan de acción como consecuencia del análisis anterior.
La identificación de los factores protectores puede hacerse mediante un análisis DAFO de la resiliencia en el que poder establecer por un lado:
Los factores internos. Fortalezas y debilidades que tiene el emprendedor para afrontar una situación difícil. Son fortalezas internas y capacidades potenciadoras, tales como: autoestima alta, fuerte motivación interior, confianza en sí mismo, actitud y pensamiento positivo, creatividad, orientación a resultados, capacidad de comunicación…
Y por otro lado:
Los factores externos. Oportunidades y amenazas en el entorno que informan sobre el apoyo de personas, recursos y oportunidades que interactúan y construyen respuestas de resistencia.
Si las fortalezas y las oportunidades del entorno son altas podemos hablar de un positivo enfrentamiento de la situación adversa y de una rápida reconstrucción.Cuando las amenazas se encuentran con las debilidades anulan las oportunidades.
El análisis de la información de la matriz DAFO, ayudará a establecer estrategias y acciones para desarrollar factores que fortalezcan la resistencia.
¿Pero cómo identificar los factores protectores de resistencia a la adversidad?
El emprendedor puede plantearse una serie de preguntas para establecer las fortalezas internas que posee y enfrentar la crisis. Estas preguntas son:
Yo soy… y Yo estoy… (Fortalezas internas y capacidades)
Yo tengo (Apoyos de personas, recursos) Yo podría (Posibilidades de actuación ante el problema: hablar con alguna persona, negociar, pedir ayuda…)
Asimismo, las respuestas a estas preguntas le aportaran al emprendedor información para introducir en la matriz DAFO de la resiliencia. Además le permitirán hacer un balance de los recursos personales y de las posibilidades del entorno para identificar soluciones que fortalezcan las debilidades y contrarresten las amenazas.
Por último, desde las propias fortalezas y desde las oportunidades, podrá establecer estrategias, tomar decisiones y esbozar un plan de actuación.
Descubriendo las propias fortalezas
A continuación enumeramos las características de personalidad, capacidades y competencias más importantes que ayudan a responder de manera resiliente ante una situación de crisis y adversidad.
- Pensamiento positivo.
Tener un pensamiento positivo le permite al emprendedor percibir el problema como algo que es superable, y ver las dificultades como desafíos y retos. Le asegura el huir del catastrofismo o de la polarización del todo o nada, o del blanco y negro. Pensar en positivo ayuda a comprender que en toda situación siempre hay algo que destacar; ver “lo bueno de lo malo”, la oportunidad del problema y pensar- sin dejar de ser realistas- que el futuro deparará resultados favorables y que a más problemas más oportunidades. Pensar en positivo también ayuda a entender que nuestros pensamientos crean nuestra realidad; lo que pensamos sobre nosotros mismos o sobre el futuro, va a determinar nuestras posibilidades. El pensamiento positivo del emprendedor es una fortaleza para asumir riesgos, convivir con la incertidumbre, sobreponerse a la adversidad y reconstruir su futuro.
- Creatividad
La creatividad no solo sirve para concebir una idea de negocio, también es necesaria para encontrar soluciones a los problemas y para imaginar nuevos proyectos. Crear es descubrir nuevas maneras de desarrollar una idea, resolver un problema o enfocar una solución. La creatividad es una característica de las personas proactivas y que lideran cambios. Cultivar la flexibilidad y el pensamiento creativo e intuitivo, permite mirar la realidad desde otros puntos de vista, analizar otras formas de hacer las cosas y encontrar soluciones innovadoras e imaginativas. La creatividad es una competencia de avance, innovación y crecimiento humano.
- Sentido del humor
Capacidad para reírnos de nosotros mismos para minimizar los problemas y para sentir emociones positivas. Tener sentido del humor nos permite encontrar lo cómico en la propia tragedia. El humor y la risa reducen tensiones y ayudan a elevar el estado de ánimo y a superar los problemas.
- Gestión de las emociones.
Las emociones son motores de acción, son los impulsos, la energía que genera el movimiento. El cambio y la innovación no son posibles sin emociones. El emprendedor necesita tener habilidad para gestionar sus emociones porque necesita la emoción como motivación interior. Necesita emociones positivas como la confianza para continuar, el amor y la pasión por el proyecto, el entusiasmo, la visión de futuro y también precisa de emociones negativas como el miedo, el dolor, la tristeza porque le aportan una información muy útil y le protegen de peligros. Las emociones negativas son las antesalas de la creatividad y la innovación. Una adecuada gestión de las emociones conduce a obtener resultados porque la emoción es la energía y la fuerza que nos mueve.
- Aprendizaje continuo
“El fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia”.
Henry Ford
Aprendizaje es cambio y emprender es aprender a través de la experimentación. Una mente curiosa de eterno aprendiz, no temer al fracaso y aprender de los errores son elementos que contribuyen al éxito de un proyecto emprendedor. Las personas tenemos la capacidad de aprender hasta que nos morimos gracias a la neuroplasticidad cerebral. La innovación no es factible sin el aprendizaje y sin el cambio permanente. La adversidad y las situaciones difíciles son valiosos materiales de aprendizaje para crecer, avanzar y transformar.
- Comunicación, Asertividad y Empatía.
La comunicación es un proceso básico de interacción social que permite entender a los otros y expresar nuestras ideas. A través de la comunicación influimos, somos influidos por los otros y podemos establecer redes de apoyo y relaciones sociales constructivas. La asertividad nos posibilita resolver situaciones difíciles y negociar acuerdos. La empatía es el secreto para conectar con las personas. En situaciones de crisis, las habilidades de comunicación, escucha, asertividad y empatía son muy importantes para pedir apoyo y para establecer estrategias de actuación con el entorno. Estas fortalezas son muy importantes pues conllevan la interacción del emprendedor con su entorno y precisamente la resiliencia es fruto de la interrelación de la persona y el contexto en el que se mueve.
- Conocimiento de uno mismo, auto-motivación y autoestima
La capacidad de observación, el conocimiento de uno mismo, de los recursos y de las posibilidades, así como una alta autoestima ayudan a enfrentar desafíos desde una postura positiva y optimista. A más autoestima, más resiliencia. Una persona que confía en si misma tiene sentido de la responsabilidad, independencia de criterio, es optimista y emocionalmente estable. La autodisciplina, el control de las acciones y el compromiso ayudan a reforzar la motivación interior para conseguir los objetivos del emprendimiento.
- Orientación al logro y planteamiento de retos
“Tarde 10 años en conseguir el éxito de la noche a la mañana”
Woody Allen
Los emprendedores tienen una alta motivación y orientación al logro, lo que les lleva a plantearse visiones de futuro, retos y desafíos para conseguir las metas y hacer realidad los sueños y las ilusiones. La orientación al logro requiere realizar una planificación y fijar objetivos; se relaciona con la tenacidad, el entusiasmo y la energía. La orientación al logro está ligada al afán de superación y al espíritu de lucha. Por este motivo es un factor protector de la resiliencia ya que asegura el éxito y los resultados del emprendedor.
- Capacidad para resolver problemas y tomar decisiones.
Resolver problemas supone una actitud proactiva y positiva pues un problema es una oportunidad para el emprendedor. El éxito en el emprendimiento requiere enfrentar problemas y buscar soluciones. También necesita tomar decisiones y asumir los riesgos sin temor al fracaso o a los errores. Los resultados se consiguen mediante la toma de decisiones. Decidir es hacer que las cosas sucedan y optar por un curso de acción que conduce siempre al aprendizaje. El emprendimiento es movimiento y la resiliencia una estrategia de crecimiento para el emprendedor.
- Tolerancia el estrés
La disposición al cambio y el aprender a manejar la incertidumbre ayudan a tolerar mejor los niveles de estrés a los que el emprendedor está sometido. Gestionar el estrés es la habilidad de mantener el autocontrol en situaciones estresantes (delicadas, nuevas, arriesgadas, de mucho trabajo y/o falta de tiempo), manteniendo un nivel de rendimiento adecuado. El emprendedor maneja mucha incertidumbre porque nunca se está totalmente seguro de las consecuencias de las decisiones y siempre existe un cierto riesgo empresarial. Puede aprenderse a resistir mejor el estrés desarrollando la capacidad de trabajar bajo presión, practicando ejercicio físico o empleando alguna técnica de relajación como yoga, taichí o mindfulness. También sirve de gran ayuda una alimentación equilibrada y un sueño regular.
Todas estas características y competencias son importantes factores protectores de la resilencia en el emprendedor. Aunque si tuviera que priorizar, sin duda y sin menospreciar ninguna, me inclino por la motivación interior, la “experiencia de flujo” de la que habla Mihaly Cskszentmihalyi
http://www.youtube.com/watch?v=XcB2blCsX-E
El flujo se logra cuando una actividad desafía al emprendedor y le motiva a aplicar todas sus capacidades plenas. El emprendedor se divierte y disfruta con su trabajo y encuentra flujo en la actividad porque está implicado con su idea, con su empresa, con lo que hace.
El siguiente párrafo, extraído del discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford, refleja la importancia que la motivación interior, las emociones positivas: el amor, la pasión, el entusiasmo y la confianza, tienen para el afrontar la adversidad, superarla y ser transformado por ella.
“Pero algo comenzó a abrirse paso en mí- aún amaba lo que hacía. Había sido rechazado, pero aún seguía enamorado. Así que decidí empezar de nuevo. No lo vi así entonces, pero resultó ser que el que me echaran de Apple fue lo mejor que jamás me pudo haber pasado. Comprendí que había cambiado el peso del éxito por la ligereza de ser de nuevo un principiante menos seguro de las cosas, me liberó para entrar en uno de los periodos más creativos de mi vida.”
Steve Jobs
Cándida Bueno Socia Directora de Tresvias Training
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